Mengua, desaparece, se corta.
Me deja a la merced de la marea que manipula a su antojo.
Se va.
Late dentro mí.
Me golpea y aguza mis sentidos.
Está ausente pero guía mis pasos.
Danza libre dentro de mí.
¿Libre? Jamás.
Estoy atado a su gravedad y me tambalea sin cesar.
La poseo y me posee.
No hay salida.
Su presencia me lastima
me recuerda que estoy encadenado a su caprichosa transformación.
Y el mundo encadenado a mi caprichosa actuación...
No hay comentarios:
Publicar un comentario